¿Quieres saber cómo es la boda ideal? La respuesta es fácil:
Como tú quieras que sea.
Eso es lo más importante. Porque quien se casa eres tú. Ni tu madre, ni tu padre, ni tus tías, ni tu jefe, ni tus amigas, ni ningún otro invitado.
¡Tú eres quien se casa! Y deberías montar tu boda como a ti te apetece.
El día de tu boda… ¡Es tu día! Así que no dejes que nadie te obligue a hacer nada que no te guste.
Ese sería mi primer consejo para que el día de tu boda sea 100% ideal.
Dicho esto, hay una serie de elementos que pueden ayudarte a hacer que tu boda luzca bonita. Evidentemente estoy hablando de cosas materiales: flores, elementos de decoración, detalles, vestidos elaborados… Pero para mi lo segundo más importante dentro de la boda ideal son los sentimientos que tengas ese día. En otras palabras…
Antes de preocuparte por detalles y otro tipo de elementos, piensa en lo que hará que vivas tu boda disfrutándola al máximo.
Por ejemplo, si eres de las que se pone nerviosa con facilidad o de las que quiere tenerlo todo controlado, encuentra una persona que dirija y sea la responsable de la boda durante el día del evento. Puede ser una wedding planner (eso es lo ideal), y si no puedes permitirte una, al menos pide a alguien de tu confianza que sea tu wedding director. Será la persona que tendrá en cuenta todos y cada uno de los puntos que hay que tener controlados ese día. Y se encargará de que todo salga rodado (que alguien vaya a recoger el ramo, que los anillos estén en su sitio, que el autobús llegue a tiempo, que el novio esté listo a la hora que toca, que los músicos tengan las indicaciones del lugar, que los invitados sepan en cada momento lo que deben hacer…). Son todas cosas por las que no deberías preocuparte. El día de tu boda es para que lo disfrutes. Y si estás nerviosa o pensando en estas cosas no podrás vivirlo como mereces. Así que piensa busca tu wedding director y relájate.
Una vez tengas interiorizados los dos puntos anteriores será el momento de pasar a repasar todos esos detalles que ayudarán a crear una boda ideal:
1. La fecha.
El día por excelencia para las bodas es el Sábado. Así te aseguras que casi nadie trabaja y que la fiesta se puede alargar porque el domingo se puede descansar. Pero cada vez hay más bodas en Domingos y Viernes y si la gente quiere ir a tu boda, no les importará que no sea sábado. Pero eso sí, ten en cuenta los puentes o las fechas que son tradicionalmente época de vacaciones. Lo importante en cualquier caso es que avises a tus invitados con el máximo número de meses de antelación para que puedan planificarse… Y por supuesto, si además es una fecha especialmente simbólica para vosotros mejor que mejor.
2. El lugar.
Según el lugar que elijas así se verá tu boda. No es lo mismo casarse en la playa, que en la montaña. En una masia que en un hotel. En una localización especial o en el jardin de un casa familiar. Todas las localizaciones pueden ser buenas. Lo importante es que sea de vuestro estilo. ¿Mi consejo? Elige el lugar porque realmente te guste? No porque esté más o menos cerca de donde vives. Las distancias no son un problema a la hora de casarse. Ni para ti, ni para vuestros invitados. ¿Qué es mejor, un lugar que está cerca de donde vives pero que te deja un poco fria o un lugar que realmente crees que es maravillo pero está a 100km? Sin duda el segundo. ¡Enamórate del lugar en el que te casas! Si es así, sea del estilo que sea, será el lugar ideal para ti.
3. El fotógrafo.
Las fotografías de tu boda pueden ayudarte a revivir el día más feliz de tu día una y otra vez. ¡WoW! Eso es una pasada, ¿no? Y además, seguramente sean lo único que puede conseguir eso.
Gastarás meses y meses y un montón de dinero en preparar mil y un detalles que sólo estarán presentes en tu vida unas horas… No dejes que se pierdan en el tiempo.
Invierte en un buen fotógrafo y verás como es algo que vale realmente la pena. Porque un buen profesional sabrá tomar la foto perfecta en cada momento. Pero no sólo eso, sino que vestirá de un modo adecuado, tendrá un trato excelente con tus invitados y te ayudará a tomar decisiones importantes. Vale la pena escoger bien a la única persona que te acompañará durante todo el día de tu boda, desde que empieces a prepararte bien temprano hasta las últimas horas de la fiesta…
4. La ceremonia.
Hay muchos tipos de ceremonia. En nuestro país, principalmente o son ceremonias religiosas o civiles. Las religiosas suelen estar bastante definidas y de hecho será el cura el que guiará a los novios en todo momentos. Para este tipo de ceremonias lo único que debes de procurar es que la iglesia luzca bonita con algunas flores. Del resto, normalmente se ocupa la propia iglesia.
Y en las ceremonias civiles… la cosa se pone un poco más complicada. Bueno, en realidad no es que sea más complicado, sencillamente tendrás que pensar un poco más cómo quieres que sea tu boda. Más allá del tramite legal del ayuntamiento, suele realizarse una ceremonia que puede ser con un concejal que os case en vivo o bien con una persona que haga de ceremoniante si ya os habéis casado legalmente. Aquí lo más importante es, además de la decoración del lugar, el cariño que le pongáis a la preparación de la ceremonia. No os limiteis a que sean los artículos legales y pedirle a vuestros familiares y amigos que preparen algo especial. Por supuesto pueden ser unas palabras, pero también pueden ser actos simbólicos, regalos con un toque emocional, canciones que signifiquen algo para vosotros… Y sobre todo, no dejéis que dure 15 – 20 minutos. Intentad que dure al menos unos 35 – 40 minutos. Llenad ese acto ceremonial de momentos emocionantes y lo recordaréis para toda la vida.
5. El dress code.
El estilo en el vestir es algo muy personal. Eso está claro. Pero sin duda hay unas ciertas consideraciones que deberías tener en cuenta para que realmente tu boda luzca absolutamente perfecta: me refiero al dress code de los invitados. Porque en las bodas… ¡hay de todo! Como en la vida. Pero tu boda ganará muchísimo en estilo si tus invitados lucen estilosos. Y para eso sólo hace falta que vayan bien arreglados. Siempre hay quien quiere ir con zapatillas a una boda (yo he visto de todo, incluso gente en bermudas y el resto en traje…). Por favor, pedir a todo el mundo de manera feheciente que vengan como mínimo con traje. Y mi recomendación para que una boda sea muy top: Hombres con chaqué (no hace falta que sean todos los invitados, pero al menos los familiares más cercanos como los padres y hermanos, y a ser posible los mejores amigos!) y mujeres con vestidos no estridentes. Y si tienes damas de honor… que todas vayan con el mismo vestido queda genial. Y lo mismo para los hombres. Si todos los mejores amigos del novio llevan el mismo chaqué con los mismos colores o el mismo traje con los mismos colores queda muy, muy bien.
6. El banquete.
Como ya sabrás, hay miles de menús. Pero, más allá del que elijas, recuerda una cosa: las bodas son para celebrar vuestro amor, no para comer hasta hincharse y caer redondo… Por eso, yo te recomendaria que más allá de la cantidad o el tipo de comida que se elija, intenta planificar la parte del banquete para que no dure más de 2-3 horas. Así todo irá mucho más fluido, los invitados se sentirán con más fuerzas y disfrutarán al máximo con la fiesta que va después de la comida o cena. ¡Cuantas veces he estado en bodas en las que los invitados ya no sabían ni como ponerse porque tenían el culo cuadrado de estar horas y horas sentados en la misma silla! A la gente le gusta comer. Pero todo tiene su timing. Y 2 – 3 horas debería ser lo máximo que dure una comida o cena.
Y por cierto, los banquetes de boda… mejor si son “tradicionales”. Como concepto, los banquetes tipo cóctel en que no hay mesas pre-establecidas y la gente se sirve su propia comida, están bien. La filosofía que hay detrás del concepto de que la gente se relaciones más es fantástica. Pero la realidad es que al final la gente acaba haciendo grupitos sólo entre quienes se conocían ya previamente y la gente ha de hacer cola para poder comer algo… Eso si no se termina antes de que te llegue el turno. Hazme caso, lo ideal es un banquete con la gente sentada en la mesa. A la gente le gusta saber cuál es su sitio y que le sirvan cómodamente mientras come o cena. No tener que estar preocupado por si se acaba la fideuà o no…
7. Las sorpresas.
Una boda sin sorpresas es una boda sosa. Suena un poco fuerte… ¡pero es verdad! El día de tu boda te acompañará mucha gente especial… ¡es el momento ideal para que sepan lo mucho que les importas! Por eso, intenta preparar pequeñas sorpresas para tus seres queridos. Seguro que te lo agradecerán. Y no sólo a unos pocos, puedes sorprender a todos los invitados con algo que sólo tú sepas (he visto novias que cantan, animadores que empiezan el baile con una clase de salsa, bailarinas que amenizan la noche, actuaciones inesperadas…). Deja volar tu imaginación y prepara cosas que hagan de la noche algo único.
8. La ambientación.
Tu boda será lo que tú quieras que sea. Y eso incluye la temática… Porque no todas las bodas son iguales. ¡Ni deberían serlo! ¿Te gustaría que tu boda tuviese una ambientación especial? ¿Por qué no tenerla? Piensa en lo que siempre te ha gustado y aplícalo a tu boda. Desde un color predominante hasta un estilo (boho chic, campero, rural, moderno, elegante, urbanita, de cuento…). O incluso temáticas de películas, de historias antiguas… lo que desees, hazlo. Es tu día. Y puedes hacer lo que quieras.
9. Los detalles.
Regalar algo a los invitados es un clásico de las bodas. Y un quebradero de cabeza para los novios. Algunas de las cosas más habituales son: mini botellitas de vino, de aceite, de algún licor, sal con especias, miel, mermeladas exóticas, figuras de cerámica, jabones con olores personalizados… Hay todo un mundo de opciones que seguro que te quitan el sueño… Pero no te preocupes, el regalo que déis es lo de menos. ¿O es que acaso recuerdas alguna boda a la que fuiste por el regalo que te dieron? Seguro que no. Intenta regalar algo original, que refleje quién sois. Pero sin agobios. A la gente le encantará sea lo que sea por lo que simboliza: un bonito recuerdo del día que os casasteis.
10. La música.
Durante una boda hay 4 momentos clave en los que la música cobra importancia.
El primero es la ceremonia. Si podéis, contratar un coro y un cuarteto de músicos que toquen en directo. Harán vuestro enlace mucho más especial.
El segundo es el cocktail. Mi recomendación es tener un grupo de jazz en vivo. Es un toque elegante que amenizará el cóctel de un modo muy agradable (a mi me encanta Jazz de copes, por ejemplo).
El tercero es la música que suena al entrar al restaurante y con cada entrada de plato o con cada momento especial en el que dais un regalo (ramos, etc.). Intentad que sean canciones marchosas, para que la gente se anime y aumente el ambiente festivo.
Y el cuarto, pero no menos importante, es el momento del baile. Porque además de elegir la canción con la que abrireis la parte de la fiesta, podéis indicarle al DJ el tipo de música que queréis que suene. Si no le decís nada, él seguramente pondrá los éxitos de boda más habituales. Clásicos históricos, para entendernos. Pero no tienen porqué sonar siempre estos temas típicos. Si le pedís un tipo de música en concreto, eso será lo que sonará en vuestra boda. ¡Vosotros mandáis!
11. La iluminación.
Ok, en esto nadie piensa… Pero creéme. Puede marcar la diferencia. Tanto en los sentimientos que tendréis durante el día de la boda como cuando veáis las fotos de la boda. Y es que una iluminación bien pensada puede convertir un espacio sin más en un lugar impresionante. ¡Y una mala iluminación puede hacer todo lo contrario!
Hablé sobre la iluminación es mi post con consejos para tener mejores fotos de boda. Pero te dejo un pequeño resumen: Ilumina las escenas principales con luces blancas. Crea un espacio de unos tres metros en el lugar de la fiesta que tenga una pared lisa. Y a ser posible, con un par de focos blancos enfocando hacia esa pared. Y por último, ayuda a crear la magia con mini lucecitas en todos los rincones donde les puede ir bien.
Así crearás ambientes bien iluminados y con un punto diferente que lo dejará todo precioso.
12. La fiesta.
¡La fiesta es uno de los mejores momentos de una boda! Es cuando las emociones se relajan y damos paso a la diversión. Toda la tensión del día desaparece y por fin podemos disfrutar al 100%. ¿Mi consejo? Añade un poco de animación extra. Por ejemplo, un profesor de baile que anime a la gente a bailar. Es una gran idea, sobre todo para la transición entre el banquete y la fiesta, momento en que la gente está un poco más fría y le cuesta empezar a bailar.
El segundo consejo: En algún momento, cread “un circulo del baile”. O una pasarela del baile, al estilo Soul Train. Un espacio flanqueado por la gente con una zona en medio en la que, de uno en uno o de dos en dos, la gente se pone y baila con todo el protagonismo. Así todo el mundo tendrá su momento de gloria, en la pista… ¡y en las fotos!
Y mi tercer consejo sería: ey, novios, ¡bailad! Pero no sólo el baile de apertura. Quedaos en la pista un buen rato. En primer lugar porque… ¡es divertido! Y en segundo lugar, porque si vosotros estáis en la pista seguro que el resto de gente también se anima. Y es que no sabéis la bodas que he visto en las que los novios (o uno de los dos) desaparece de la pista de baile (seguramente para fumar o para beber, o para hablar con sus amigos/as) y no vuelve a aparecer hasta al cabo de un rato demasiado largo. Eso no es bueno para la fiesta. Nadie dice que esteis todo el rato bailando. Pero recordad que se trata de vuestra fiesta. Y si vosotros desapareceis… seguramente también lo hagan los invitados. Pero claro. ¡Esto es muy variable y cada boda es un mundo! Como siempre digo, lo más importante es que os lo paséis bien. Así que, en verdad… ¡haced lo que os apetezca! Es vuestra fiesta, y podéis hacer lo que os dé la gana. ¡Disfrutad!